Con la llegada del frío, pasamos más tiempo en casa y el confort se convierte en una prioridad. Pero también lo hace el gasto: la calefacción puede suponer más del 40 % del consumo energético de un hogar durante el invierno. En este contexto, cada vez más personas buscan soluciones que les ayuden a ahorrar energía sin renunciar al bienestar, al diseño ni a la conexión con el exterior.
Pero el futuro del hogar ya está aquí de la mano de viviendas más inteligentes, sostenibles y adaptadas a nuestro estilo de vida. Y algunas de las claves para conseguirlo empiezan por aprovechar mejor la luz natural, mejorar el aislamiento térmico y repensar espacios como terrazas y balcones.
Un hogar más cálido sin subir la calefacción
Uno de los grandes aliados para mantener una temperatura agradable en casa es el aislamiento pasivo. Soluciones como el acristalamiento de terrazas permiten crear un espacio intermedio entre el interior y el exterior que actúa como colchón térmico natural.
Un buen ejemplo de ello es el proyecto desarrollado por Lumon, compañía especializada en soluciones de acristalamiento, en el Edificio del Turó del Sastre, ubicado en Montgat (Cataluña). En este edificio residencial, las viviendas incorporan galerías bioclimáticas acristaladas que aprovechan la radiación solar durante el día y ayudan a conservar el calor por la noche.
El resultado:
- Hasta un 65 % de ahorro en calefacción en las viviendas que utilizan correctamente estos espacios.
- Un aumento de 2 a 3 ºC en la temperatura interior sin necesidad de encender la calefacción.
Un gesto tan sencillo como cerrar la galería durante las horas de sol y ventilar de forma estratégica puede marcar una gran diferencia en el consumo energético del hogar.
Más confort, mejor aire y menos ruido
Pero el bienestar en casa no depende solo de la temperatura. Cada vez damos más importancia a la calidad del aire interior, especialmente en invierno, cuando ventilamos menos.
Las terrazas acristaladas funcionan también como sistemas de ventilación pasiva, ayudando a renovar el aire sin perder calor. En el caso del edificio de Montgat, los niveles de CO₂ se reducen hasta 520 ppm tras dos horas de ventilación, valores muy cercanos al aire exterior.
Además, este tipo de soluciones aportan un extra muy valorado en entornos urbanos, se trata de la reducción del ruido exterior, que puede llegar a disminuir hasta un 50 %, creando así hogares más tranquilos y agradables.
Tendencias para 2026: así serán las casas en las que viviremos
Mirando al futuro, todo apunta a que en 2026 viviremos en hogares más conscientes, flexibles y conectados con el entorno. Estas son algunas de las tendencias que ya están marcando el camino:
- Casas inteligentes y eficientes, donde el diseño arquitectónico ayuda a reducir el consumo energético desde el primer día.
- Materiales sostenibles y reciclables, como el vidrio y el aluminio, que permiten construir de forma más responsable y duradera.
- Espacios versátiles, como terrazas y balcones que se pueden usar todo el año: zona de relax en invierno, comedor al aire libre en verano o rincón verde para plantas.
- Rehabilitación energética de edificios, una apuesta cada vez más común para adaptar viviendas existentes a los estándares actuales de confort y sostenibilidad.
