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El mes de mayo tiene un significado muy especial en la ciudad de Madrid ya que tiene lugar la festividad de San Isidro, en conmemoración al patrón de la capital.
Este año la celebración y su programación estará marcada por las medidas de seguridad implicadas por la pandemia, pero habrá tradiciones que, a pesar de todo, se seguirán cumpliendo, como la elaboración de las típicas rosquillas tontas y listas.
¿De dónde surge esta costumbre?
Todo el mundo conoce la famosa Verbena de San Isidro, una pradera verde, con diferentes puestos de comida con el chotis de fondo.
En estos puestos, nos cuenta Moncho López, de Levaduramadre Natural Bakery, que fue allí donde nación la tradición de tomar rosquillas para celebrar las fiestas de Madrid: “La receta es muy antigua, quizás se remonte a la Edad Media. La costumbre de tomarlas durante la verbena no parece que lo sea tanto, se desconoce la fecha exacta pero sí sabemos mucho de quién la popularizó: la tía Javiera en el siglo XIX”.
Javiera tenía un puesto en la pradera de San Isidro y allí vendía unas rosquillas especiales con un dulce baño de color blanco, que fueron un gran éxito de inmediato: “A partir de ahí surgieron imitadores por doquier y varias versiones para la cobertura de la rosquilla“.
Rosquillas tontas y listas, la diferencia está en el glaseado
Moncho nos cuenta la diferencia entre dos de nuestros tipos de rosquilla favoritos:
- Las tontas, que reciben el nombre por la simpleza de la receta, se preparan a base de harina, huevos, azúcar, aceite y un poquito de anís y son la base del resto de rosquillas.
- Las listas, que tienen la misma base que las tontas, a las que se añade un glaseado de azúcar, huevo y limón que les da un aspecto muy apetecible. Evidentemente son más dulces y jugosas que las anteriores.
Receta casera de Alberto Chicote en cinco pasos
Hay diferentes procesos de elaboración para las rosquillas. Hoy en BelAir te contamos una de las recetas que lo petó en Instagram, de la mano de Alberto Chicote.
Ingredientes
- 2 huevos enteros
- Piel de media naranja
- 2 sobres dobles de Armisen (las antiguas gaseosas) o medio sobre de levadura.
- 100 gramos de azúcar
- 50 gramos de anís seco, o el licor que le quieras añadir (mejor que no sea muy dulce)
- 25 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
- 90 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 450 gramos de harina
- Aceite para freír y azúcar glass para espolvorear por encima
Paso a paso
1- Poner el aceite al fuego con las cáscaras de naranja (o de lo que escojamos) y calentar suavemente hasta que las cáscaras estén ligeramente doradas. Apagar el fuego y dejar atemperar.
2 – Batir los huevos con una varilla (cuanta más energía mejor) hasta que se vuelvan más esponjosos, añadir el azúcar y los sobres de armisen y seguir batiendo. Ha de quedar muy espumoso, añadir el licor y la mantequilla y batir.
3- Añadir el aceite aromatizado sin las cáscaras y batir.
4- Añadir harina poco a poco y mezclar bien la masa. Al final, hay que amasar un poco, la masa ha de quedar firme pero no pegajosa.
5- Formar las rosquillas al gusto, más grandes o más pequeñas
Finalmente, poner aceite en una sartén, con generosidad, calentar a unos 160-170 grados y freir las rosquillas por ambos lados. Tras ello solo quedaría escurrirlas sobre papel absorbente y espolvorear el azúcar al gusto.
¡Suerte con vuestras recetas!